En los días antiguos, tenían la costumbre cruel de sacrificar al ídolo Moloc niños inocentes. ¡Que horrible! ¡Nunca tal haríamos nosotros! Pero—detente un momento, y considera el desafío del autor.
¿Le parece demasiado difícil el papel de la mujer en su hogar? Dios sabe bien lo difícil que es su trabajo. Pero él no lo ha dejado sola. Con su ayuda la mujer cristiana cumplirá fielmente sus deberes como esposa y madre.
Tenemos la costumbre de ver la niñez como un tiempo de inocente descuido, y olvidamos que el diablo está tan ocupado en tentar a los niños como a los grandes. Sigue una llamada a las madres a que cuiden bien la inocencia de sus hijas, tantas las pequeñas como las grandes.
Nada podrá tomar el lugar de la instrucción cuidadosa y diligente. La enseñanza y la corrección disciplinaria son inseparables. Si usted continúa fiel y constantemente instruyendo y enseñando al niño, él dará alegría a su alma para toda la vida. Padre, ocúpate de ello. Madre, ayuda fielmente.
Los padres deben poner mucho esmero en criar a sus hijos sujetos a la autoridad desde pequeños. El niño que aprende a sujetarse a la voluntad de sus padres establece una base que hará que le vaya bien el resto de su vida.
Un desafío a todas las madres de ser una madre piadosa. Dios se acerca a la madre que en realidad quiere agradarlo con cumplir con ese papel tan importante. Que Dios las bendiga a todas las madres que toman su responsabilidad con seriedad de ser madre piadosa.