El esposo cristiano está llamado a ser un hombre como Cristo. Habiendo recibido la naturaleza de Cristo en el nuevo nacimiento, debe amar a su esposa como Cristo ama a la iglesia. Se entrega a su esposa como Cristo se dio a sí mismo por la iglesia.
Si alguno ha fallado a la hora de criar hijos cristianos, obedientes y respetuosos, aún hay esperanza. No solo a Elías se le encomendó el ministerio de hacer volver el corazón de los padres a sus hijos y el corazón de los desobedientes a la sabiduría y justicia.