El nacimiento de Jesús fue el evento que inició la obra de rescate más grande que el mundo jamás había visto. La obra de Jesús, desde su nacimiento, sus enseñanzas, su ejemplo, y su muerte hasta su resurrección cambió la historia del mundo. ¡Gracias infinitas a Dios por su don inefable!
La conducta piadosa y un estilo de vida disciplinado evita mucha enfermedad. Una conducta descarriada de una vida pervertida por la droga, el alcohol, la vida inmoral y estilos de vida alternos trae consigo enfermedades y el juicio de Dios. No toda enfermedad es por causa de pecado personal.
Elena estudiaba en el colegio. Tenía mucho talento y pensaba estudiar para abogada. Pero un día Elena quedó embarazada. Todavía le faltaba un año de colegio y después, la universidad. ¿Qué podría hacer ahora?
El cristiano no participa en la venganza, dejando todo en las manos de Dios. El amor de Dios nos capacita para responder en amor a cualquier mal que sufriéramos. ¡Que el Príncipe de Paz nos dirija siempre!
La doctrina “Jesús solamente” es la reaparición de una doctrina que fue enseñada en distintas formas durante la última parte del siglo dos y en el siglo tres de la era cristiana. La doctrina fue conocida como “monarquianismo”.
¿Ha experimentado la paz que Cristo da? Si no, arrepiéntase hoy y sea lleno de la paz que sobrepasa todo entendimiento. Si la ha experimentado, cuídela con toda diligencia, evitando las cosas que la estorban.
Si no fuera por Dios, nosotros estaríamos completamente perdidos, sin esperanza, y desamparados. “PERO DIOS” es fiel! Al interponerse Dios en la historia de los humanos, nos trajo la esperanza de salvación y su misma presencia y protección.
¿Será que uno de los errores más grandes que cometemos es creer que nosotros somos la razón de los grandes hechos de Dios? Lo que Dios ha hecho por nosotros, y su obra en nosotros, todo es para magnificar el nombre de Dios. Que el nombre de Dios sea santificado y honrado en nuestra existencia.
El problema de tener a la naturaleza como un libro comparable a la Biblia es que nos permite desconectarnos de la verdad. Son las Escrituras, y no la naturaleza, que nos señalan sin falta de Dios. Al rechazar la Biblia, la persona pierde la capacidad de entender la verdad acerca del mundo natural.
¿Es una desgracia no saber o no entender el porqué de una circunstancia? ¿Tendrá Dios un propósito para nuestro bien en ocultar las respuestas? Aprendemos la disciplina de callar y reconocer la soberanía de Dios en el valle oscuro de las preguntas sin respuesta.