Si alguno ha fallado a la hora de criar hijos cristianos, obedientes y respetuosos, aún hay esperanza. No solo
a Elías se le encomendó el ministerio de hacer volver el corazón de los padres a sus hijos y el corazón de los
desobedientes a la sabiduría y justicia.
El sacrificio no es una palabra que trae imágenes de flores y risas y cosas encantadoras a la mente; al contrario, pensamos en la pérdida y las lágrimas y la sangre. ¿Hay algo más que deberíamos asociar con la palabra sacrificio?
¿Estás angustiado? ¿Crees que no vale la pena seguir viviendo? ¿Sólo puedes pensar en suicidarte para “resolver” tus problemas? Le advertimos que el suicidio será la entrada a mayores problemas. Pero hay un camino que te traerá paz y libertad y una razón para la cual vale vivir.
¿Quiénes somos, desde el punto de vista de Dios? ¿Para que hizo los seres humanos? Dios nos creó y nos redimió, no primeramente por el gran valor que tenemos. El propósito principal y el enfoque primordial es la alabanza de nuestro gran Dios.
Jesús ofrece ayudarnos con las cargas de la vida. El yugo de Cristo nos anima a seguir caminando, y nos enseña a obedecer aunque no lo sentimos. El yugo es un medio que Jesús usa para guiarnos por el camino verdadero de su voluntad. Si nos enyugamos con Cristo, no tendremos que caminar sin rumbo.